miércoles, 3 de octubre de 2012

DeLugares y DeMomentos... Ese detalle que no te esperas


Hace ya unos cuántos días que he recibido un detalle maravilloso de una persona igual de maravillosa y sin tener un porqué.

Estaba haciendo cola para comprar unos gofres en el mercadillo de Cambridge y , de repente, me encuentro con un ramo enorme de rosas delante de mi cara. No era un día especial, ni esperaba nada de nadie... por ese motivo me ha hecho tanta ilusión. Tengo que decir que ese momento de "soy más feliz que una perdiz"  crece cuando paseas con tu ramo de más de 20 rosas (que aún no estoy muy segura de cuántas son, pero sobrepasa esa cifra con creces) y las chicas que te vas cruzando por el camino, se quedan comentando y mirando para ti con esa cara de "¡qué suerte tiene!¡yo también quería!", que incontables veces, todas hemos tenido (o por lo menos, yo lo he tenido).

He repartido las rosas en dos jarrones. Uno está en mi escritorio y otro en la mesa del comedor y cuando los contemplo, aún me siguen transmitiendo esa felicidad del momento de recibir el regalo. Lo cual, es lo que hace especial el no esperar en recibir nada que además, de llevarte una agradable sorpresa  (contando con el evidente objeto material, aunque sea perecedero), también se regala una buena ración de felicidad y que considero, la mejor parte del regalo.

Creo que es uno de los momentos especiales que todo el mundo debería experimentar, por lo menos una vez en su vida (aunque el cuerpo te pida muchas más! :D)



¡¡Muchas gracias por este detalle!!





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